Juan Luis Vives fue un humanista, filósofo y pedagogo español nacido en Valencia. Hijo de Blanca March, de la nobleza valenciana, y de Luis Vives, descendiente de uno de los caballeros que acompañaron a Jaime I en la conquista de Valencia. Es una de las figuras europeas más representativas del llamado movimiento humanístico del Renacimiento. Forjó su vida al hilo de su obra, se enfrentó y tomó posición ante los temas que conmovían la Europa de su tiempo. Su profundo sentido social aparece en De Subventione Pauperum (Del socorro de los pobres, 1525) dirigido a las autoridades de Brujas, en la que programa una auténtica socialización de la caridad.
El autor Nos dice que el gobernador de la ciudad ha de tener cuidado de los pobres; se ha de tener en cuenta de lo que pertenece al cuerpo de la republica, de igual modo el magistrado ha de cuidar en su republica y no ser negligente. Plantea que hay que recurrir de todas las partes a los remedios humanos, prestar tratos de buena fe y buena voluntad en los estamentos; inspeccionando cada uno del los establecimientos para revisar el porqué llegaron a ser pobres.
Vives hace referencia al mantenimiento de los pobres que por su edad o estado de salud no pueden trabajar. Al cuidado de los niños, que son el futuro y la nueva ciudadanía; haciendo referencia de que aprendan las primeras letras y buenas costumbres, se formen en una educación para que no lleguen a ser mendigos.
Sus políticas irán dirigidas hacia un sector de la población más vulnerable. Por todo ello, decide crear un censo de los pobres, clasificando a estos entre “verdaderos” y “falsos”. Establece tres clases de pobres: los que viven en hospitales, los que practican la mendicidad y os que resignados están y la sufren en sus casas. Siendo todos estos ciudadanos asunto de la ciudad y debiendo los regidores y magistrados conocer esto para así buscar soluciones efectivas y sin poder eximir nadie sus bienes del cuidado y jurisdicción de la autonomía ciudadana.
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